Piensa bien. Es lo que les indico a mis alumnos que es la base de pensamiento de la que deben partir para vender. Da igual si es como dependiente de comercio, como agente comercial, como vendedor técnico o para la vida en general.
¿Qué es pensar bien? Es creer en que nuestra función como vendedores es ayudar al cliente a tomar una buena decisión de compra. Es creer que éste, el comprador, es un ser humano que merece todo nuestro respeto y consideración. Es creer firmemente que puede confiar en nosotros.
Lo que no digamos con nuestro lenguaje verbal lo diremos con el no verbal. Y la única forma de controlar los mensajes del lenguaje no verbal es creyendo firme y sinceramente lo que pensamos. Porque no olvidemos que vendemos por confianza o no vendemos.
No pienses mal, y no transmitirás mal. Respeta a tu cliente, no pienses en engañarlo, sino en orientarlo para que invierta bien su dinero. A tu pensamiento lo seguirán tus palabras y hechos, y no solo volverá a comprarte, sino que además te traerá a otros clientes. No importa cuántos lo hagan, ni cuantos merezcan tu respeto o consideración, ni si alguien lo valorará o no: Simplemente piensa bien y sigue haciéndolo.
Si por el contrario sólo te importa venderle cualquier cosa aunque no la necesite, si lo consideras un imbécil o una mierda, si piensas en engañarlo... A tus pensamientos los seguirán tus actos. Unas veces se dará cuenta antes, y otras después. Pero se dará cuenta. Y perderás, como poco, un cliente.
¿Sabes cuánto cuesta hacer un cliente nuevo? Mucho más que el que uno que ya tienes vuelva a comprar. Y no hablemos que éste te refiera a otro.
Como el trueno sigue al rayo, así tus hechos siguen a tu pensamiento. Piensa bien y obrarás bien. Y así tendrás y retendrás.
Buenas ventas.